Rodeé San Pedro por las afueras y fui hasta la biblioteca. De
nuevo la falta de silencio… Algunos no paran de hablar y de
reírse en alto. Llegó, me pareció, una persona importante de la
zona, en la misma línea de mofa y cachondeo, ni tan siquiera
reparé en ella. Tomé mis cosas y me largué.
Sinceramente, ningún interés en conocerla. Leí un artículo suyo y algo caché por
donde va. La superioridad de las élites intelectuales con las que
no tengo nada que ver. Me gustan las personas con cultura respetuosa y profunda.
No con cultura académica y sin respeto.
Nos creemos que sabemos por haber leído algunos libros
más que los demás. Por acumular datos que nos sirven de bien
poco a la hora de ser Uno con el medio.
Ahora estoy en casa aprovechando la poca energía que le queda
a mi computadora. Acaba de llegar Gregorio en bici. Anda en el
tejado donde está el tanque de agua.
Seguimos en el 19 de junio. 13 días en San Pedro desde que regresé.
Son las 18:40 y aquí estoy escribiendo a la luz de una vela.
Volver a los orígenes
A recogerse cuando se va el sol y a despertarse con él
La vela sobre una concha de vieira o zamburiña, traída de Galicia
en mi última visita
(retazo de una crónica de Deshilachando Banderas)
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